La simbología del roscón de Reyes enlaza con la tradición pagana de las Saturnales y con los dulces que los romanos degustaban en su celebración. Con su misma forma redonda, 
evoca el aura protectora de Saturno, según Ana Guerrero, que junto a su hermana Mónica regenta el Horno San Onofre: todo un referente del roscón de Reyes en Madrid. En su versión actual, el roscón de Reyes nació en Francia, donde se recuperaron en torno a él, entre la aristocracia de Luis XV, algunos juegos emparentados con el de “la gallinita ciega”, que no suponen tanto el renacer del niño interior como un síntoma de madurez: creer en una vida lúdica pero consecuente. Al que le toca el haba paga el roscón y se exime de responsabilidad durante todo el año, mientras que al que le toca la figura se corona rey y la asume en cuanto a los destinos de los suyos durante doce meses.
Otro artesano del roscón de Reyes en Madrid —Moncho López, que los prepara para Levadura Madre Organic Bakery— da algunas pistas para detectar los de calidad frente a los industriales. El primero pesa, mientras que el segundo está hinchado de levaduras y gasificantes. Un roscón artesano dura un día o dos, mientras que el industrial se mantiene durante más tiempo gracias a los conservantes y es posible que vaya dentro de una bolsa de plástico: quizás se haya elaborado y congelado meses atrás. Una partida de roscones que tengan exactamente la misma forma delata el uso de moldes y procedimientos mecánicos, mientras que los artesanos tienen las diferencias propias de la elaboración a mano. Probablemente, estos llevarán menos fruta para abaratar costes en materia prima, mientras que al artesano le preocupa menos este aspecto porque lo caro para él es la mano de obra. Finalmente, la nata que opcionalmente rellena el roscón de Reyes nunca se reemplazará por sucedáneos en uno de calidad.
La innovación del relleno es algo reciente en el roscón de Reyes, pero cada vez tiene más implantación, con las consiguientes disputas en cuanto a preferencias: nata, chocolate, crema… Deliveroo y su partner de pastelería, Sweet Brothers, ofrecen un roscón de Reyes que pretende solucionarlas a partir del estudio del relleno preferido entre sus clientes: el 60% lo pide con nata, el 20 con chocolate y el otro 20, con crema. Así, el relleno de su “roscón perfecto” se reparte en esa proporción.
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