La creación de un Grado de Gastronomía en Alicante va viento en popa. En octubre, el equipo del rector de su Universidad, Manuel Palomar, se puso a trabajar en su puesta en marcha y, si todo va bien, estará disponible para el curso 2018/19. Antes —a partir de enero— se ofertará un Máster en Arroces y Alta Cocina Mediterránea. Entre tanto, hay una actividad universitaria sin precedentes en torno a la gastronomía, que se suma a un intenso trabajo investigador en el campo de la alimentación. Forma parte de una estrategia de valorización académica de la cocina que culminará en el Grado de Gastronomía y Artes Culinarias y le prepara el terreno. Por ejemplo, las jornadas sobre La gastronomía como referente empresarial y atractivo turístico.
Profesores, políticos, productores, comunicadores o restauradores —incluyendo a los estrellados Kiko Moya, Alberto Ferruz, Susi Díaz y Mª José San Román— debatieron sobre el maridaje de la ciencia con la gastronomía o sobre la importancia de esta en la oferta turística y analizaron conceptos como la excelencia o la calidad. Diez horas largas de simposio, con estudiantes y profesionales del ramo, prepararon el terreno para el Grado de Gastronomía en Alicante. Nos quedaron claras algunas ideas.
Joan Viñallonga, de Helados Alacant, resumió la historia del sector en tres fases: la de “disponer” —de producir en fábricas como la construida en los años 70—, la de “convencer” —con el marketing que ejemplifican el calippo o el frigopié— y la de “ilusionar”: el marketing social que se avecina. El periodista Toni Reig resumió los planes de Dénia como Ciudad Creativa de la Gastronomía en torno a la cohesión territorial y económica —tendría una enorme repercusión el hecho de que los restaurantes usaran producto de su comarca— y reivindicó el pescado menos comercial, el arroz bombón o el moscatel de Teulada. En esa línea, el pescador Moisés Erades explicó la alianza entre los “pòsits” de Dénia, Xàbia y Calp, con iniciativas como Nyam: el fast food de pescado de lonja abierto en Benidorm.
Pepe Mendoza dijo que el vino de la provincia tiene que ser más auténtico, para vender en un mundo global sin competir en precios o tendencias, sino en cuanto a singularidad. El bloguero Paco Becerro y el periodista José Ramón Peiró pusieron de manifiesto el cambio de ciclo en la comunicación gastronómica y abogaron por una convivencia entre el papel y lo digital donde dejen de acusarse unos a otros de viejunos o de superficiales. Paco Torreblanca, Alberto Luchini o Carlos Bosch también hicieron sus aportaciones al debate en el marco de una puesta en valor de lo gastronómico en la Universidad que no ha hecho más que empezar. La creación de un Grado de Gastronomía en Alicante va viento en popa.