Masos es un proyecto que acaba de ponerse en marcha para reimplantar la viticultura en el interior de La Marina Baixa, donde fue uno de los cultivos mayoritarios antes de la plaga de la filoxera. Cuenta con el asesoramiento del enólogo bordelés Antoine Médeville y su gabinete enológico Oenoconseil. La rehabilitación del Mas de la Mona, en el Castell de Guadalest, es la primera etapa.
Con la plantación de 5 hectáreas y media de viñedo en el término municipal del Castell de Guadalest, iniciada recientemente al lado mismo de un casco urbano que es de lo más pintoresco y visitado de España, arranca el proyecto Masos, cuyos primeros vinos saldrán al mercado dentro de tres años en una línea de “poca cantidad y mucha calidad”. Se trata de una iniciativa del empresario Sergio Vidal, natural de Benimantell e hijo de agricultores, que reivindica su apego a la comarca y la puesta en valor del mundo rural en una zona como el Valle del Guadalest: el traspaís de La Marina Baixa, en la ladera de la sierra de Aitana. El plan incluye la rehabilitación del Mas de la Mona, en torno al cual girará la propuesta gastronómica y enoturística de Masos, y al que seguirán otros del valle, como el Mas del Clot, donde se ubicará la bodega, o el Mas del Molí, dedicado al aceite de oliva.
Siguiendo una filosofía de respeto a la tradición y al entorno, se han replantado todos los árboles de la parcela en los márgenes del viñedo para integrarlo en un paisaje del que la vid había desaparecido prácticamente tras la plaga de la filoxera, aunque antes fue uno de los cultivos mayoritarios. Hay menos arraigo en las variedades de uva elegidas: junto a las de monastrell y garnacha tintorera, hay cepas de petit verdot, cabernet sauvignon o syrah. Vidal dice seguir el ejemplo de Vega Sicilia —su vino preferido— y ha puesto el desarrollo de Masos en manos del enólogo bordelés Antoine Médeville, asesor de numerosas bodegas en su país que se estrena con esta en España.
Médeville, nacido en una familia de viticultores y farmacéuticos en la región de Burdeos, es propietario del château Fleur la Mothe, cru bourgeois en el Médoc. Junto a Edouard Massie y Henri Boyer, dirige la el gabinete enológico Oenoconseil, que asesora a numerosas bodegas de Sauternes, Médoc, Entre-deux-Mers y Saint-Emilion. Su filosofía se basa en el respeto a la tierra y a la tradición, proyectándola con audacia en una época en la que se imponen las nuevas tecnologías. Para ello, no se limita a dar consejos ocasionales durante la vendimia, sino que su asesoramiento se basa en un seguimiento regular durante todo el año.
Otros proyectos vitivinícolas:
· Marimar Estate: del Penedés a California y vuelta a Galicia
· Bodega Otazu: la Navarra atlántica