Con amenidad y rigor científico, JM Mulet destacó en el Foro Gastronomía y Salud de Zaragoza hablando de transgénicos, de alimentos naturales y el monstruo de Frankenstein. Profesor de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia, es un activista científico, más que divulgador, asombrosamente incansable. Las falacias en torno a la ecología, la biodinámica o los alimentos naturales son su especialidad. Ejerce a través de su blog Tomates con genes, de las RRSS, de charlas como la de Zaragoza o de libros como el imprescindible Comer sin miedo.
Con su ponencia sobre los alimentos transgénicos, José Miguel Mulet triunfó en el II Foro Gastronomía y Salud, celebrado en Zaragoza los días 15 y 16 de noviembre. En su habitual tono socarrón y didáctico, perfectamente compatibilizado con un rigor inapelable, insistió en que prácticamente ninguno de nuestros alimentos es “natural”, ya que proceden de una domesticación de vegetales y animales que conlleva una alteración genética. “El trigo es un puñetero Frankenstein”, dijo Mulet, como tantísimas otras especies procedentes de los cruces, las hibridaciones o la selección propiciados por el hombre: alimentos naturales y el monstruo de Frankenstein.
Durante 10 mil años, la “mutagénesis” ha ido creando especies nuevas muy lentamente. A mediados del siglo pasado “perdimos la paciencia” y se aceleró el proceso. Aquella Revolución Verde ha salvado más vidas que la penicilina o cualquier otro hallazgo —al multiplicar la producción agrícola— y la modificación genética no representa sino una etapa más. Como tantas otras técnicas ancestrales o recientes, permite alterar las características de animales y vegetales para adaptarlos a las necesidades de la alimentación humana. Es un proceso que se da en la propia naturaleza: consiste en “coger un trozo de ADN de un bicho y ponérselo a otro”. Lleva 20 años haciéndose sin que se haya podido detectar ni un solo problema para la salud ni para el medio ambiente, siempre según Mulet. También explicó que buena parte de los tejidos, detergentes o medicamentos cotidianos se obtienen con técnicas de ese tipo sin el menor rechazo social. Su mala prensa, casi exclusivamente europea, no es debida a cuestiones técnicas o científicas, sino de comunicación. Greenpeace trata la cuestión de formas muy diferentes en Europa y en EEUU: con un tono sensacionalista en su web de aquí y como un asunto sin importancia en la de allí.
Mulet aludió a ideas como la de que los transgénicos van unidos a la obligación de comprar las semillas de determinadas empresas y lanzó el reto de que alguien le presente a algún agricultor que haya sido víctima de esa coacción. También arremetió contra mitos como el de los productos Km Cero explicando que todas las especies vegetales de nuestra despensa surgieron en zonas tropicales, muy lejos de los puntos donde hoy se consumen como propias. La ponencia de Mulet tuvo una acogida favorable y entusiasta entre los 150 cocineros, periodistas o científicos reunidos en el hotel Palafox de la capital aragonesa. En el II Foro Gastronomía y Salud, convocado por el Heraldo de Aragón, también intervinieron Manuel Toharia, Toni Massanés, Mario Sandoval, Miguel Ángel Almodóvar, Rafael Ansón, Javier Pérez Escohotado o Paco Torreblanca.