El territorio como paisaje gastronómico integral es el eje en torno al cual gira la estrategia Dénia & Marina Alta #Tastinglife. Su objetivo, crecer desde la tradición para seguir siendo diferentes.
El Ayuntamiento de Dénia y su Oficina de la Innovació i la Creativitat (OIC) han presentado el Plan de Acción diseñado por un equipo pluridisciplinar a partir del ingreso de la capital de La Marina Alta en la Red de Ciudades Creativas de la Gastronomía promovida por la UNESCO. El plan, titulado Dénia & Marina Alta #Tastinglife, apunta medidas en cuanto a producción y comercialización agroalimentaria, educación y formación, gestión del territorio o innovación gastronómica. Desde su creación en 2016, la OIC ya ha llevado a cabo o asumido algunas iniciativas, como el encuentro de ciudades de la red de la UNESCO, las campañas Menja’t la Marina y Cuinant el Futur, la recuperación del arroz bombón o el festival D*na. Pero lo más sugerente de #Tastinglife es una estrategia que pone la producción y la comercialización agroalimentaria en el centro del modelo de desarrollo: el eslabón más débil de la cadena producción-distribución-elaboración-consumo le da sentido al equilibrio territorial, social y económico que se persigue.
#Tastinglife parte del análisis del entramado socioeconómico y cultural de la comarca, al que alude con la metáfora del “bancalet”: el territorio como paisaje gastronómico integral. El despoblamiento del medio rural y el envejecimiento de sus habitantes —con la pérdida de saber y conocimiento que conlleva la “litoralización” demográfica— se le achacan al turismo, que ha de ser, sin embargo, el motor de su recuperación, porque tiene la capacidad de conectar el sector primario con la industria turística y el consumidor local. El plan de la OIC subraya aspectos como la escasísima oferta de agroturismo —un vínculo evidente entre la agricultura y el turismo— o la reducidísima presencia de las hortalizas —tan sólo el 1%— entre los cultivos de la comarca, frente al predominio de los naranjos: el 48%, más un 18% de otros frutales. El olivo y el viñedo ocupan el resto a partes iguales. En #Tastinglife se habla de desarrollar planes de 
ordenación agrícola, a la manera de los PGOU, para redibujar el mapa de la producción agroalimentaria comarcal.
En el otro extremo de la cadena está la potente industria gastronómica de La Marina Alta —casi 1.600 restaurantes y similares, más del 80% en Dénia, Calp, Xàbia y Teulada—, que acapara ocho de las veinte estrellas Michelin de la Comunitat Valenciana. Según las encuestas realizadas por la OIC, los chefs de la comarca están poco organizados, pero son influyentes, están predispuestos a la complicidad con el productor y auguran una inminente revolución: crecer desde la tradición para seguir siendo diferentes, partiendo del territorio como paisaje gastronómico integral.
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