La cocina del futuro será un espacio hiperconectado, de ocio, de trabajo, de salud y de relación. Además, se equipará con técnicas y aparatos propios de las cocinas profesionales y contará con electrodomésticos inteligentes, que facilitarán no solo la cocción o el lavado, sino también la compra. Así se desprende del informe Global Kitchen, una publicación que recoge las principales tendencias de diseño y uso que afectarán a la cocina del futuro. En su presentación, han participado cocineros como Andoni Luis Aduriz y Gastón Acurio, además del antropólogo Richard Wrangham, el arquitecto Piero Lissoni o la diseñadora industrial Patricia Moore.
La cocina del futuro se consolidará como el centro neurálgico del hogar, incluyendo la creciente incorporación de todo tipo de usos. A día de hoy, ya es una de las principales estancias de la casa, a la que se dedica más espacio y en la que más se invierte. La cocina del futuro recupera su viejo papel como lugar donde la familia se reúne y se relaciona, incluso donde sus miembros trabajan o hacen los deberes. Se integrará cada vez más en el conjunto de la vivienda para convertirse en un espacio polivalente, hasta desaparecer como estancia independiente.
El estudio en el que se basa el informe Global Kitchen lo ha promovido el Instituto Silestone, una iniciativa impulsada por el Grupo Cosentino en torno al estudio de la cocina, espacio para el que se prevé una importante evolución en los próximos 25 años. Según su director de marketing, Santiago Alfonso, “las encimeras del futuro incorporarán desde nanopartículas para absorber líquidos hasta la tecnología para cocinar en su superficie, conectarse a Internet o informar del valor nutricional de los alimentos”.
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