La Cité Internationale de la Gastronomie de Lyon ha seleccionado a Javier y Miriam de Andrés para asesorar y coordinar, durante al menos ocho años, las actividades de ese gran proyecto cultural y gastronómico que tiene previsto abrir sus puertas a finales de 2019 y recibir más de 300 mil visitantes al año. Los hermanos Andrés forman parte de la familia propietaria del Grupo La Sucursal de València y su participación en esta ambiciosa iniciativa del Ayuntamiento y la Metrópolis de Lyon, con un importante apoyo institucional público y privado, es a través de la empresa barcelonesa Magma Cultura, que gestiona servicios y contenidos culturales para el Museo Picasso, el de El Prado, la Fundación FC Barcelona o la Obra Social La Caixa.
El grupo hostelero de la familia Andrés gestiona en Valencia el restaurante Vertical y el restaurante-colmado Coloniales Huerta, así como La Sucursal, La Marítima y la Escuela de Hostelería de la Fundación Cruzcampo, en el edifico Veles e Vents de La Marina de València. Javier y Miriam de Andrés trabajarán en la oferta gastronómica de los diferentes espacios de la Cité Internationale de la Gastronomie y en coordinar eventos e iniciativas experienciales, como una acción con chefs internacionales invitados que realizarán exposiciones y pop-ups de sus proyectos.
La Cité Internationale de la Gastronomie nace con vocación de convertirse en punto de referencia mundial de divulgación de la gastronomía internacional para unirla con el arte, la cultura, la ciencia y la tecnología a partir del enorme prestigio de la cocina francesa. Se encuentra en la villa del histórico Le Grand Hôtel-Dieu de Lyon, que fue un hospicio en el corazón de una zona catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, símbolo de la hospitalidad de toda la región como zona de paso y bienvenida a lo largo de los años. Las instalaciones de la Cité se ubican en la parte antigua de lo que fue un complejo hospitalario durante los siglos XVI al XVIII, distribuidas en distintos niveles y con casi 4 mil metros cuadrados de zonas comunes. Albergarán exposiciones permanentes, una sala que acogerá un Atlas Gastronómico mundial e interactivo, un vivero de iniciativas empresariales, una gastroludoteca o diversas salas multiuso para desarrollar un intenso programa de “actividades innovadoras que inviten a participar y que aporten conocimientos, placer, emociones y sociabilidad.”
