La cosecha de jamón ibérico de 2014 fue la mejor en lo que va de siglo, según expertos como Enrique Tomás. Durante la montanera de aquel año —desde el mes de noviembre hasta febrero del siguiente—, cuando los cerdos ibéricos pastan libremente por la dehesa las bellotas que caen de los alcornoques y la hierba que crece en el suelo hasta incrementar su peso en un 50%, la climatología fue particularmente favorable en cuanto a lluvia y temperatura. Abundaban las bellotas de calidad y la hierba, que favorece la digestión de los cerdos y otros aspectos, estaba verde y alta.
Los jamones de bellota procedentes de aquella montanera entraron en los secaderos en 2015 y, tras los 36 meses que aproximadamente requiere su curación, son los que se comercializan ahora. El jamón ibérico de 2014, además, suele ser algo más grande de lo habitual, ya que la normativa le exige un peso mínimo de 7 kilos y las piezas de ese año superan frecuentemente los 8. Enrique Tomás está al frente de una extensa red de jamonerías en Catalunya y en otros lugares de España, Italia, Francia e Inglaterra.
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