Rioja y Cava, las dos grandes DDOO de España, han dado pasos que avanzan hacia el modelo de denominaciones municipales y de cru a la francesa. La primera disipa las tensiones de los últimos tiempos con la reforma que regula la alusión al municipio de origen. La segunda ha reconocido los doce primeros Cavas de Paraje Calificado.
La crisis en torno a los vinos de pueblo alcanzó su punto álgido a finales de 2015, cuando Artadi, emblema de la Rioja Alavesa, anunció su salida de la DOC. Aludía a las diferencias entre los intereses de los grandes productores y de los pequeños como él, pero afloraron las disputas entre los gobiernos de la Rioja y el País Vasco —entre el PP y el PNV—, incluida la “amenaza” de este de crear la DO Viñedos de Álava. Finalmente, la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa anunció que desistía de ello en el mismo pleno del Consejo Regulador que aprobó la creación del “rioja de pueblo”. Además, se le encomendaba su supervisión a una comisión presidida por un representante de las cooperativas alavesas. Se trata, sin duda, de un avance hacia el modelo de denominaciones municipales y de cru a la francesa.
Una nota del CR de la DOC Rioja asegura que con los vinos de pueblo “culmina una estrategia que tiene como objetivo satisfacer las inquietudes de los operadores, líderes de opinión y consumidores finales” y añade que “el debate ha sido arduo y extenso”. Sin remontarnos tanto como la DOC, que habla del desarrollo iniciado en 1998 al respecto, lo cierto es que ya en junio pasado acordó incorporar la categoría de Viñedos Singulares y los espumosos de calidad, en el marco de un Plan Estratégico 2005-2020 que incluye el reconocimiento de los varietales blancos y hasta una redefinición de sus reservas y grandes reservas.
También la DO Cava se aproxima al modelo de denominaciones municipales y de cru a la francesa. En este caso, el “desertor” fue Raventós i Blanc, que ya en 2012 apeló a la autenticidad frente a la imagen de sucedáneo del champagne que el cava se ha granjeado en los mercados internacionales. La bodega creada por Manuel Raventós, tras renunciar a su status de “hereu” de Codorníu para reivindicar el terroir y lo ecológico, esgrime la oficiosa indicación Conca del Riu Anoia. La DO reaccionó creando la figura del Paraje Calificado como “nuevo distintivo que fija requisitos, características y controles de calidad” para certificar “el grado de excelencia de los cavas más Premium.” Teniendo en cuenta a un comité con expertos como los Master of Wine Pedro Ballesteros y Lenka Sedlackova o los sumilleres Ferran Centelles y Guillermo Cruz, el Ministerio ha rematado el proceso reconociendo los primeros cavas de paraje calificado. Pequeñas paradojas: the winner is Codorníu, titular de tres de los doce parajes distinguidos. También están en la lista algunos cavas de Torelló, Recaredo, Juvé & Camps o Gramona.
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