Cuatro tintos para despedir al invierno: Cruor, Sardón, Altos de Losada e Ijalba. Son una buena muestra de que, aunque la tempranillo sea la tercera variedad de uva más plantada en el mundo y la primerísima de España, también cuentan cepas como la garnacha, la mencía o la mazuelo.
Perelada es una empresa arraigada en la DO Empordà que elabora vinos y cavas en otros lugares. Hace unos meses se expandió con la adquisición de Chivite: Navarra y también Rueda, Rioja o Ribera del Duero. Casa Gran del Siurana es su bodega en la DOC Priorat, con cinco tintos protagonizados por la samsó o cariñena y la garnacha. En la zona media de su catálogo —unos 20 euros— está Cruor 2014, que lleva además un 20% de syrah. Los 16 meses en barricas de roble francés atemperan su potente frutosidad mediterránea. La enóloga Anna Gallisà lo define atinadamente como un vino “profundo y elegante, que nos adentra en el Priorat con serenidad”.
Quinta Sardonia, la bodega de Terras Gauda en el Valle del Duero, ha ampliado su gama con el Sardón 2014, un tinto fresco y frutal que se suma a los QS y QS2 en una línea más asequible: no cuesta más de 9 euros y resulta muy fácil de beber. Hecho con tempranillo, garnacha, cabernet y malbec, pasa 6 meses en barricas de roble francés y otros tantos en foudres, huevos de hormigón y depósitos, para perfilar unas intensas notas de fruta fresca en nariz y un sedoso paso por boca. Además de los Quinta Sardonia y de sus blancos de Rías Baixas, Terras Gauda elabora tintos en El Bierzo —Pittacum— y ha adquirido el 75% de la bodega Egomei, en la Rioja.
Losada Vinos de Finca acaba de lanzar la última añada de su buque insignia: Altos de Losada 2016, a unos 17 euros, es otro de los mejores tintos para despedir al invierno. Como casi todo lo de esta bodega, es un magnífico ejemplo del posicionamiento que se ha conseguido desde la DO Bierzo para la mencía como uno de los valores varietales en alza. La uva, el ‘terroir’ y los 15 meses en barrica de roble francés configuran un vino de finura atlántica, con una gran complejidad aromática, fresco y goloso. La cosecha de 2017, que ya se acogerá a la nueva zonificación, saldrá como Vino de Pueblo: de hecho, se elabora a partir de cinco pequeñas parcelas de la pedanía de Valtuille, en Villafranca del Bierzo.
Viña Ijalba hizo el primer varietal de graciano en 1995 y se anticipó desde la DOC Rioja, proclive al monocultivo de la tempranillo, a la tendencia que recupera cepas secundarias como esta. Ahora renueva la imagen de sus Varietales: los de tempranillo blanco, maturana blanca y maturana tinta, además del Ijalba Graciano 2016, que es como el estandarte de la gama y cuesta unos 12 euros. Con una crianza de 10 meses en barricas de roble francés, tiene una atractiva complejidad frutal en nariz y en boca. Las nuevas etiquetas les dan a los Ijalba Varietales una imagen muy acorde con su filosofía, a medio camino entre el rioja clásico y el moderno.
Otros tintos para despedir al invierno:
. BELLATERRA 2015. Viña y vino, voz y alma
. MAS DE CAN BLAU 2012. Juan Gil en Cataluña
. CEPAS VIEJAS MONASTRELL 2014. El viñedo valenciano
. CEREMONIA BOBAL 2015. Auténtico y ‘de autor’
. HARAGÁN 2014. Coupage cargado de futuro
. SYTÉ 2014. Un tinto de Rueda
. EL SALZE 2015. Viejas vides de monastrell
. CEPAS VIEJAS 2015. La mencía y El Bierzo
. DEHESA DE LUNA GRACIANO 2014 vuela alto
. TERNARIO 1. La elegancia de la garnacha tintorera
. ESTAY 2015. El valor de la prieto picudo
. CERRO BERCIAL LADERA LOS CANTOS 2014. Modernidad comedida
. FINCA VILLATUERTA 2011. Las cualidades de la syrah
. VIÑA POMAL GRACIANO 2012. Vinos singulares
. HUNO BLEND 2014. Mezcla de variedades