Atauta y Matasnos, en lo alto de la Ribera del Duero

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Atauta y Matasnos

Dominio de Atauta y Bosque de Matasnos cultivan sus viñedos a una altitud de casi mil metros sobre el mar: el resultado, tintos con frescor, elegancia, personalidad…

Dominio de Atauta es una admirable expresión de esa filosofía para la que el terroir lo es todo en un vino. Sus 45 hectáreas de viñedo están divididas en 600 minúsculas parcelas, clasificadas en 25 terroirs según los suelos y otros factores. Tienen en común una extraordinaria altitud —la bodega está a 975 metros y algunas parcelas, a casi mil— y sus vinos tienen menos estructura que los característicos de la Ribera del Duero, pero destacan por su frescor, su elegancia y sus peculiares notas minerales.

Atauta y MatasnosLa vendimia de cada terroir de Dominio de Atauta se elabora por separado y a partir de los más exclusivos se embotellan vinos singulares: Valdegatiles, La Mala y Llanos del Almendro (entre 75 y 100 €, aproximadamente). El conjunto integra el coupage del Dominio de Atauta (unos 28), que resume la identidad de un viñedo diverso y único. Como muestra de su filosofía, la cosecha de 2015 —considerada excelente por la DOP— fue “desastrosa” en la zona de Atauta, pero la bodega no compró uva de otros viñedos y preservó su identidad: La Mala no se elaboró ese año y del Dominio de Atauta sólo salieron 25 mil botellas, la mitad de lo habitual. Hace poco probamos en la Escuela de Catas de Alicante los vinos de nueve de esos terroirs, incluidos los más exclusivos, y también su feliz encuentro en el Dominio de Atauta.

Atauta y MatasnosOtro ribera de altura —un entorno singular a casi mil metros, en el límite de la viabilidad del viñedo— y con una historia que contar es Bosque de Matasnos [en la imagen destacada]. La finca está inmersa en una masa forestal cuya parte central se taló décadas atrás para convertirla en tierra cultivable y la tarea de transportar toda la madera causó numerosas bajas entre los asnos asignados a ella. Son casi 33 hectáreas de merlot, malbec y, sobre todo, tempranillo, más algunas blancas. Con las tintas —en proporción variable según la añada, con un 85% de la autóctona al menos— y barricas de roble francés nuevo, se elaboran el Bosque de Matasnos (unos 25 €) y su Edición Limitada (unos 35) que sólo se produce en las grandes añadas. Son vinos de extraordinaria finura y personalidad, potentes y complejos.

El equipo de Els Vents —un gran cocinero, un gran repostero y un gran sumiller para una de las joyas de la restauración alicantina de ahora mismo— les dedicó hace poco, a los vinos de Bosque de Matasnos, un menú a medida. Además del servicio dirigido por Tomás Moreno, destacaron la lubina al ahumado de chufas con mollitas de BMA y la costilla de vaca estofada en BMA de José A Sánchez, así como el cremoso de chocolate almendrado con espuma de BMA y el otro postre de Fran Segura, que representaba el paisaje de Bosque de Matasnos con el vino entre los ingredientes.

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