Riscal y Chirel son dos nombres vinculados a lo más noble del vino de Rioja. Marqués de Riscal lo situó en el mapa internacional hace más de un siglo y contribuyó a modernizarlo en los ochenta con su Barón de Chirel.
Marqués de Riscal se reivindica como la bodega que, a mediados de los años ochenta, abrió la puerta de una nueva era para el vino de Rioja. Riscal y Chirel, Chirel y Riscal… Efectivamente, el Barón de Chirel fue pionero de los “vinos de autor” o de “alta expresión” que llevaban a la veterana DOC una nueva forma de entender el tinto. Son vinos cargados de fruta, pero finos, con una longevidad exclusiva de los mejores que se hizo patente durante una cata organizada por ASECA en la vinoteca Urban Wine de Alicante. El director del Aula Marqués de Riscal, Rafael Ruiz Isla, desplegó su sabiduría en torno a los Barón de Chirel de 1994, 1995 y 1996, tres cosechas sucesivas y excelentes, aunque la tercera se quedó en la acomplejada calificación oficial de “muy buena”. Con más de veinte años a sus espaldas y vida por delante, reúnen las características inequívocas de los grandes vinos: complejidad, finura, elegancia… Además, probamos el Barón de Chirel 2004, que ya ha recorrido un buen trecho hacia ese horizonte, y el de 2014, tan bebible ahora mismo como cargado de futuro.
Marqués de Riscal también se reivindica, con sólidos argumentos, como pionero de más cosas. Sin ir más lejos, de la implantación en Rioja, a mediados del siglo XIX, de los métodos traídos de Burdeos que hicieron, de una zona vitivinícola más, la más prestigiosa de España. Y del cultivo en la península ibérica, desde mediados del XX, de la cabernet sauvignon —complemento de la tempranillo que acapara protagonismo en sus tintos— o de la puesta en valor de los blancos de Rueda a principios de los setenta. También, del enoturismo de lujo desde la inauguración del hotel Marqués de Riscal en 2006 —su restaurante obtuvo una estrella Michelin en 2011—, con esa impactante arquitectura vanguardista entre los viñedos de Elciego (Álava). Para enrolar a Frank Gehry en su construcción, le llevaron a California un Marqués de Riscal del año en que nació el arquitecto. Y le conmovió. Recordando aquella iniciativa, la bodega elabora su vino más exclusivo: el Frank Gehry Selection, a unos 380 euros la botella. Sólo se ha hecho tres veces por ahora. La última, en 2012. Es un portento de armonía, sutil en nariz, sedoso en boca…
También hay un Marqués de Riscal de alta expresión a unos 25 euros. El Finca Torrea se elabora en una bodega de 1883 reconstruida en 2011. Con menos crianza —18 meses en roble de Allier— que el Marqués de Riscal Reserva, su potencia frutal no está reñida con una notable elegancia en nariz y un suave paso por boca. Y mucha atención al nuevo Marqués de Riscal rosado de viñas viejas, porque la primavera ya está aquí. Riscal y Chirel son dos nombres que siguen vinculados a lo más noble del vino de Rioja.
Otros artículos sobre vino:
. Cavas Recaredo, más allá de taponazos y burbujas
. Fondillón Azorín 1968: ¿Un vaso de vino, don José?
. Vinos del futuro que se inventaron en el pasado
. Riesling: la ‘vitis germanica’ regresa al Mediterráneo
. Malvasía y DO Alicante: crónica de un regreso
. Viña Vilano: de tintos ilustres y ‘claretes’ revolucionarios