Por Antonio M Navarro, presidente del CRDOP Alicante
La última entrega de los Premios Winecanting, que el Consejo Regulador de la DOP Alicante da a la hostelería por el trabajo de promoción de sus vinos, ha servido para escenificar un cambio en la relación entre ambos sectores en la provincia.
Bien es sabido que la presencia de los Vinos Alicante DOP en la restauración es deficiente. Un rasgo que se ha señalado por expertos como defecto importante para una imagen consolidada del concepto “gastronomía alicantina total”. Y un rasgo que no coincide con la importancia histórica, medioambiental y social de este sector en nuestras comarcas, aunque también es fruto de una evolución histórica reciente.
Sin embargo, son cada vez más voces las que reclaman mejorar esta presencia como parte importante del cambio en la estrategia de calidad que muchos empresarios de hostelería deben realizar para relanzar este importante sector económico y turístico. Ejemplos como El Posit de Villajoyosa, El Xato de La Nucía, El Portal o La Nyora de Alicante, Casa Julio de Playa San Juan, El Capricho de Raquel de Urbanova o las estrellas Michelin Monastrell de Maria José San Román y La Finca de Susi Díaz en Elche lo han contado con detalle. Entre sus argumentos se encuentra que la oferta de vinos locales prestigia al restaurante, sorprende al turista, combina o marida con muchos de nuestros platos estrella… Pero también se subraya que con “la calidad existente en estos momentos, no es entendible que se ofrezcan productos inferiores de otras zonas”.
Aunque el concepto más importante es el de las convicciones. Algunos se preguntan —como San Román— si existe “complejo de inferioridad”. Otros destacan que en el vino está nuestra identidad como región. Y todos coinciden en que hace falta más cultura de lo propio para relanzar una imagen de prestigio o personalidad y que Alicante destaque en el conjunto de la hostelería internacional.
Lo curioso es que no son los únicos, porque otros restaurantes —como, por ejemplo, el ganador de este año, Alfonso Mira, de Aspe— llevan años exportando estos vinos y los productos de la provincia de Alicante más destacados en jornadas gastronómicas en los mejores restaurantes de España y haciendo patria de esta alimentación.
Y, así, restaurantes como los de Villena —Di Trevi, Warynessi, La Despensa o La Teja Azul, reconocidos en otros años— o El Racó D´Anna en Elche, algunos restaurantes de Pinoso y Monóvar, grupos en Dénia como Casa Federico y Mena, clásicos en las convicciones de lo alicantino como Racó del Plá, La Ponderosa o Davis, el Pirámide de Banyeres… Son sólo algunos de los que representan este cambio.
Pueden parecer pocos, pero cada día son más y su ejemplo es grande. Reflejan un nivel de restauración y una exigencia muy destacada. Han demostrado que se puede trabajar Unidos por nuestro vino de Alicante, como reza nuestro slogan publicitario. Pero, más allá de ello, hay una relación con su tierra, unas raíces y un enamoramiento, verdaderamente clave y estimulante que nos honra poder recoger.
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